Últimamente, en las reuniones con clientes, éstos nos comentan que en su organización van a implementar ésta o aquella innovación tecnológica, pero que realmente no saben si sus empleados están preparados para hacer las cosas de una forma diferente, para cambiar. Si un razonamiento de este tipo nos frena un lanzamiento, es que ciertamente nuestra organización no ha entrado aún a vivir en modo beta. Y, es que el cambio continuo ya es la realidad. Cambio para adaptarnos a un presente incierto y a un futuro donde organismos como el World Economic Forum anticipan que en los años venideros determinadas competencias como el pensamiento crítico, la resolución de problemas complejos, la capacidad de gestionar las propias emociones y el aprendizaje continuo, van a adquirir muchísima importancia.
Y todo esto en un mundo cada vez más globalizado en el que para diferenciarnos tenemos que trabajar y potenciar las competencias personales con las que nos relacionamos. En definitiva, un cambio continuo que nos obliga a vivir en modo beta.
Aprender a vivir en modo beta y
aceptar el cambio constante sólo
depende de uno mismo
¿Qué es vivir en modo beta?
Es estar inmerso en continua transformación, es decir, renovarnos periódicamente y, leer, escuchar y aprender conscientemente de todo lo que nos rodea. Pero cambiar o transformarnos no es fácil, es una habilidad que requiere de mucha convicción, predisposición y práctica ya que principalmente tenemos que luchar contra nuestros hábitos y esto requiere de un esfuerzo gigantesco. Nuestra tendencia natural nos empuja hacia una estabilidad, así que nuestro gran reto es conseguir que esta estabilidad sea inestable, o como a nosotros nos gusta más decir, que esté en constante desarrollo. Nosotros como humanos que somos nunca terminamos de transformarnos y aún sin darnos cuenta aprendemos de nuestras experiencias diarias; pero vivir en modo beta significa ser consciente de esta transformación personal y saber que nunca llegaremos a terminar ese proyecto personal que somos.
¿Cómo es vivir en modo beta?
Este modo de ver la realidad nos lleva a tener presentes una serie de habilidades que debemos desarrollar y fortalecer a diario:
- Estar abierto a un cambio de planes de hoy para hoy, y además, tomármelo con optimismo. A esto le llamamos Resiliencia, aceptar y sacar provecho de las situaciones cambiantes.
- Aceptar también que aquello que ha cambiado, puede no salir bien y por tanto, vivimos en un “Try&Error” constante, que requerirá saber ser valiente y tener coraje para aceptar las derrotas, no desfallecer y aprender a gestionar mis emociones.
- El “Try&Error” requerirá constancia y perseverancia por nuestro lado, lo que los ingleses llaman GRIT para finalmente conseguir nuestro objetivo; pero también, una mirada crítica y constructiva que nos ayude a analizar qué cosas han salido como esperábamos y cuáles no.
- Y, si queremos ser diferentes, tendremos que ser creativos para encontrar nuevas formas de hacer las cosas y soluciones distintas que aporten valor a nuestra organización.
- Y, como todo está en modo cambio constante (o sea, en modo beta), tendremos que ser capaces de gestionar el riesgo, haciendo una valoración adecuada de pros y contras de cada una de las decisiones que tomamos. Pero tendremos que hacerlo a una velocidad más acelerada de lo que estábamos acostumbrados, así que, una buena metodología en toma de decisiones nos vendrá bien. Porque, incluso no tomar ninguna decisión, ya es en sí mismo una decisión que lleva implícitas unas consecuencias que tenemos que tener previamente valoradas y asumidas.
Así que, aprender a vivir en modo beta y aceptar el cambio constante sólo depende de uno mismo; nadie lo hará por nosotros. Y lo que debemos hacer es cuestionarnos cuáles de estas habilidades tenemos que fortalecer y plantearnos quién puede ayudarnos en nuestra andadura, porque las dificultades se superan mejor cuando nos enfrentamos a ellas de la mano de alguien que cuida de nosotros.