Igual que sucede en el mundo de la automoción o de la aviación, los Simuladores de negocios son herramientas de formación que se utilizan para aprender y desarrollar competencias y habilidades relacionadas con el mundo de la empresa. El objetivo es permitir al usuario poner en práctica los conocimientos adquiridos en un entorno sin riesgo, pero tomando consciencia del impacto de sus decisiones. Al final del proceso se genera un feedback a través del cual los usuarios extraen sus propias conclusiones que son discutidas en grupo.
Las simulaciones de negocios proporcionan una experiencia de «aprender haciendo» o “learning by doing” ya que replican las condiciones y factores del mercado del mundo real, en algunos casos específicos de la organización, que se han creado a medida. Esta actividad crea una visión general de la organización en un entorno libre de riesgos, donde los errores se pueden corregir y podemos aprender de ellos, en lugar de castigarnos por el error cometido.
La característica principal de los Simuladores es su eficacia. Los usuarios desarrollan las competencias de una forma rápida y retienen el conocimiento de manera más sencilla que con los métodos tradicionales. La interactividad y la participación continua son las claves que garantizan el éxito de la herramienta, fomentando una mayor implicación de los alumnos con el proyecto dándoles la oportunidad de experimentar con varias estrategias, tomar decisiones difíciles y enfrentarse a las consecuencias en tiempo real. A través de los simuladores, los participantes:
Esto se consigue través de la gamificación, es decir, el empleo de técnicas y mecanismos propios de los juegos para el desarrollo de labores formativas en adultos. No jugamos, porque de nuestras decisiones depende la vida de otras personas y las consecuencias en nuestra organización, pero creamos un entorno amigable de puesta en escena que simula al máximo la realidad.
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